Probablemente este sea el formato de concierto en el que más cómodos nos hemos sentido tocando hasta ahora y seguramente el único que debamos tratar de repetir en futuras actuaciones.
Estuvimos comiendo en casa de Alma con unos amigos en Sant Boi de Llobregat. Aprovechando el día espléndido, Ale y Diego habían montado la mesa en el patio de la vivienda, restaurada recientemente con gusto exquisito. Habíamos llevado la guitarra y las percusiones, por si acaso, y no tuvieron que insistir demasiado para que, una vez caída la tarde, nos pusiéramos a cantar seducidos por la amistad y simpatía del auditorio y por lo acogedor del escenario.
Lo dicho: que ni en los jardines del Castillo de Perelada, oigan. Diego colocó rápidamente unas luces en la pared de piedra del fondo del patio de modo que el espacio pedía a gritos música en vivo. Repartimos algunas percusiones para que todos pudieran participar y empezaron a sonar las canciones. En principio queríamos hacer alguna de las nuevas junto con unas pocas versiones, pero nos fuimos animando sintiéndonos tan a gusto que le dimos casi una vuelta completa al repertorio. ¡Y más que le hubiéramos dado!
Dario sacó la cámara y estuvo haciendo estas fotografías estupendas que captan a la perfección la magia del momento y del lugar y lo mucho que estábamos disfrutando. Muchísimas gracias artista. Queremos agradecer también especialmente a los anfitriones, Alma, Ale y Diego por una comida magnífica y por su hospitalidad, y felicitarles por la casa tan bonita que tienen. Y por supuesto, junto con ellos, al resto de amigos que tuvimos de público, Iolanda, Bea, Dídac, Jofre, Roger y Dario por crear tan buen ambiente, escucharnos con tanta atención y seguir tan bien el ritmo.
Kill Spider da comienzo de este modo a la gira mundial de actuaciones domésticas en casas de amigos. Eso sí, prometemos llevar las canciones mejor preparadas para la próxima, que destrozar el repertorio ajeno sabe muy mal, pero cargarse el propio hace, además, mucha pupita.